domingo, 25 de enero de 2015

Antes no te importaba nada y ahora te importa todo

Antes no te importaba nada y ahora te importa todo. Sobre todo las pequeñeces.
Pasaste de náufrago a financista sin bajarte del bote.
tú, sí, tu, estabas acostumbrado que tu patria era la empresa de alguien y te encontraste que te hacían el regalo de una patria nueva, y entonces, en vez de dar las gracias por la chaqueta de pura piel, dijiste que había una pelusa en la
 manga y que no la querías abierta sino cerrada.
¡Pero con la chaqueta te quedaste! Entonces, ¿qué me vas a contar a mí? 
¿A quién llevas la contra? Antes no te importaba nada y ahora te importa todo.
Y protestas. ¿Y por qué protestas? 
¡Ah, no hay harina pan!
Eso es tremendo. Mira qué problema!

cereales, pescado  sobra, carne hay, tus hijos, que alguna vez  solo les tocaba mirar, ahora pueden irse a la escuela con la vaca puesta.


¡pero no hay papel tolete! 
Y, según tu, no se puede vivir Te pasaste la vida con papel rosado, pero ahora me planteas un problema de Estado porque no hay papel tolete blanco .
Claro, ahora el metro bus es tuyo, el satélite Simón Bolívar es tuyo, los ferrocarriles son tuyos, ahora el petróleo y las escuelas son tuyas, pero… ¡no hay papel tolete! 
Para entrar en un movimiento de recuperación como este, han tenido que cambiar de sitio muchas cosas y muchas ideas; algunas, monumentales; otras, llenas de amor o de ingenio: ¡todas gigantes y asombrosas!

El país empezó a caminar de otra manera, sin que lo arreen como ganado o lo llevasen atado de una cuerda; el país se estructuró durante la marcha misma; ¡el país remueve sus cimientos y rehace su historia!

Pero, claro, tu estás preocupado, y yo lo comprendo: por que no hay papel tolete. 
¡Ah… ni tinte!

¡No hay tinte! ¡Mira qué problema! ¿Me vas a decir a mí que no es un problema?
Antes no había nada de nada, ni dinero, ni indemnización, ni amor mayor, ni educación gratuita, y tu no decías nada; no protestabas nunca, te conformabas con una vida de araña. 
Ahora tienes transporte subsidiado ; ahora están protegidos: tu  tu esposa tus hijos y tus padres con los modulos de atención, rehabilitación. Sí; pero tienes razón: ¡no hay tinte! 
Hay miles de escuelas nuevas, Preescolares, Liceos y Universidades, millones y millones de computadoras (Canaimas)  y Tabblets gratuitas para las y los estudiantes ; sí, pero, claro, ¡no hay tinte! 
Tienes , metrobús, metro, ferrocarril, majestuosos puentes,    pero no tienes tinte. Sería un problema para que se preocupase las mises  y no tu, pero te preocupas tu.
Mira, la tuya es la preocupación del resentido que no puede perdonarle la patriada a los salvadores de la libertad y la patria
Para alcanzar lo que se está alcanzando hubo que resistir y que vencer las más crueles penitencias del extranjero y los más ingratos sabotajes a este momento de lucha y de felicidad. 
Porque tu estás ganando una guerra. Y la estás ganando mientras vas al cine, comes cuatro veces al día y sientes el ruido alegre y rendidor que hace el metabolismo de todos los tuyos. 
Porque es la primera vez que la guerra la hacen cincuenta personas mientras  millones duermen tranquilas porque tienen trabajo y encuentran respeto. 
Cuando las colas se formaban no para comprar equipos de línea blanca, carros, computadoras, o sencillamente alimentos a bajos precios, subsidiados sino para pedir angustiosamente un pedazo de carne en aquella vergonzante olla popular, o un empleo en una agencia de colocaciones que nunca lo daba, entonces veías pasar el desfile de los desesperados y no se te movía un pelo, no. 
Es ahora cuando te paras a mirar el desfile de tus hermanos que se ríen, que están contentos… pero eso no te alegra porque, para que ellos alcanzaran esa felicidad... ¡ha sido necesario que escasease todo !!! La harina pan , el papel tolete, el azúcar.
No importa que tu patria haya tenido problemas de gigantes, y que esos problemas los hayan resuelto personas.

pero tu sigues con  el problema minúsculo, tu sigues buscándole la hipotenusa al teorema de la cucaracha, ¡tu, el mismo que está preocupado porque no puedes comprar harina pan, la leche, el papel tolete, el azúcar.  El queso! Y durante toda tu vida no viste como los niños se morían de hambre y comían perraharina!


¿Y a quién se la querrás contar? 
¿A mí, que tengo esta memoria de elefante?
¡Nooooo, a mí no me la vas a contar!"

chavez vive la lucha sirve la lucha sigue

de la nota de Enrique Santos Discépolo 1951  – adaptación Katy Egas  Venezuela 2014





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